Estrategias I

Estrategias y técnicas


Integrar distintas técnicas en el quehacer psicoterapéutico conlleva siempre una posición profesional respaldada por un marco teórico propio. No siempre esto es consciente en el profesional y actúa de acuerdo a su cosmovisión sin conocer de que se trata.
Entendemos que toda acción compleja, está sostenida por la posición de cada uno ante el hecho.

Partimos de la conjunción entre objetivos y metodología para llegar a las estrategias que nos conducen a la elección de una u otra técnica psicoterapéutica.

Entendemos como patogénesis básicas y generales:

  • El binomio sometedores – sometidos
  • La deficiencia de las capacidades creativas y modificadoras
  • El aislamiento social
Por lo que autonomía, autogestión, creatividad, actividad modificadora e integración social son objetivos generales de la psicoterapia siendo consecuentemente la investigación conjunta su metodología básica.

Vamos a explicar estos conceptos.

Objetivos generales de la psicoterapia

El síntoma es tomado con una visión abarcativa e integradora en tanto sucede en una persona a quien la definimos como una realidad muy distinta a un síntoma, ni menos ni más, distinta.
Por lo que la eliminación del síntoma es un objetivo que conlleva muchos más.

En el contexto psicoterapéutico general
cuando hablamos de persona o paciente
también caben las opciones de pareja o familia en asistencia.

El logro del mayor estado de autonomía y autogestión dentro del momento histórico de cada paciente es el objetivo general o más abarcativo que define la psicoterapia.
Sabiendo que la total autonomía y autogestión no son posibles, en tanto y en cuanto somos seres esencialmente sociales, se recurre a distintos parámetros para ubicar en cada persona a que grado de estas necesidades puede llegar.
Estos parámetros son, por ejemplo, edad, circunstancias, características de sus grupos de pertenencia y posibilidades personales.

La actividad creativa y transformadora, típicamente humanas, son facultades posibilitadoras de estas adquisiciones.

Dentro de estos fines generales se perfilan los fines particulares de cada persona de tal forma que al evaluar los cambios buscados en ellos decimos que hay cambios de fondo cuando se haya dado un salto cualitativo que le permita mayor grado de autonomía y autogestión.

En este sentido, en psicología, hablamos de cura cuando se ha podido lograr autodeterminación.
Esto indica que lejos de pensar en llegar a la perfección o la ausencia de conflictos, la cura psicoterapéutica al igual que la cura en cualquier otra rama de la salud, está dada por la resolución posible de los síntomas atendiendo a la resolución de sus causales.

Por lo que decimos que otro objetivo central es la búsqueda de las regularidades causales que subyacen tras las formas de expresión empírica de la realidad.

En la evaluación de la cura consideramos parámetros como:

- El logro del equilibrio entre pensamiento, sentimiento, voluntad y praxis.
- Proyectos con objetivos realizables y posibles.
- Inserción social.
- Relaciones de apoyo mutuo entre pares.
- Recreación.
- Sexualidad.
- Conocimiento de su vida, deseos, derechos, responsabilidades y necesidades.

De lo general a lo particular

Premisas metodológicas

Cuando hablamos de las regularidades ya nos estamos refiriendo a las particularidades del paciente.

En primera instancia aparece el motivo de consulta inserto en la globalidad de aspectos, relaciones, otras quejas, y etc. que a partir de la primera sesión van dibujando el perfil particular de esa persona. Esta integración es única, exclusiva y excluyente. Y como tal se toma en la búsqueda de esas regularidades.
En este camino surgen objetivos específicos de esa persona y focalizaciones.

Trabajo psicoterapéutico que requiere determinadas condiciones.

Para ser coherentes con estas postulaciones es necesario tener en cuenta algunas premisas metodológicas:

Lo visible puede encubrir y hasta distorsionar las verdaderas regularidades que determinan las distintas problemáticas. Ello nos sirve como pivote para descubrir las determinaciones que no aparecen de forma directa a nuestras posibilidades sensoriales.

Consideramos qué determinantes aún desconocidos no se manifiestan en los distintos hechos que aparecen por lo expresado por el paciente.

Además de reconocer como un todo las distintas expresiones del paciente: el lenguaje verbal y paraverbar, lo actuado, lo sentido, las características de las distintas relaciones, es tarea encontrar explicaciones acerca de la naturaleza del padecimiento, tal que permitan trabajar hacia el cambio cualitativo.

Los datos constituyen los indicios para aproximarnos a las regularidades que posibilitaron la ocurrencia de un síntoma.
Trabajo que excede ampliamente el encuentro de la lógica que nos impone dichos datos.
Trabajo que deviene del quehacer que lleva a descubrir las lógicas que encierra el síntoma.
Trabajo que indica elaboraciones teóricas, confrontación con la realidad, vuelta a la teoría, implementación de cambios, verificación de efectos de estas praxis y así sucesivamente.
Trabajo psicoterapéutico mediante el cual toman su verdadera significación las diferentes evidencias mostradas.

La investigación conjunta

El trabajo psicoterapéutico indica una metodología tal que pueda llevarnos a los objetivos trazados.

En la consideración de nuestros objetivos - autonomía, autogestión y actividad transformadora y creativa - centrales para la salud, la metodología adecuada es posibilitar, incentivar y reforzar estas capacidades en cada paso del proceso psicoterapéutico.

Llegar a  los distintos descubrimientos de las regularidades indica recorrer los caminos en forma conjunta en los que las hipótesis del terapeuta son confirmadas, avaladas por el paciente. Las intervenciones del paciente son respetadas con la convicción de que la última palabra con respecto a las características personales la tiene quien las porta. Cada cambio propuesto es sopesado conjuntamente en cuanto a la funcionalidad de la vida del paciente, respetándolo como único conductor de su vida. El sometimiento de la persona a acciones, prescripciones, dichos y hechos en forma autoritaria, descalificante o demagógica son totalmente ajenos a la relación afectiva y colaborativa que se establece desde este paradigmas.

La investigación conjunta indica a la par de dejar en manos del paciente la propiedad de su vida, tomar como terapeutas la dirección de la psicoterapia. Nuestra obligación como profesionales es poseer  el conocimiento adecuado de salud y enfermedad psicológica, fenómenos familiares y sociales intervinientes como así también de las técnicas adecuadas.

Estrategias

Tenemos objetivos generales y objetivos específicos.

Unos dependen de la cosmovisión, los otros del motivo de consulta y redefiniciones del mismo.
Volvemos al concepto de que las redefiniciones son producto de la investigación conjunta.
Son objetivos mediatos.

Imaginemos a estos como horizonte de un interesante camino a recorrer en conjunto con una persona o familia como pacientes.

Tenemos una metodología de trabajo.
Comenzamos a caminar con una metodología de marcha, esto indica que comenzamos a caminar en conjunto. No obstante no hay total paridad ya que vamos a tomar el puesto de guía en el marco terapéutico. Decimos vamos a tomar ya que en general, por una cultura autoritarista, el paciente viene con la idea y espera de que seamos los hacedores de su cura y de su vida.
Y esta es una primera estrategia a partir de la cual vamos a poder vislumbrar cada vez mejor hacia donde vamos.
Partimos con nuestros objetivos generales dentro de los cuales vamos a tener que tomar los centrales de la persona, las redefiniciones u objetivos paralelos y dentro de ellos las focalizaciones circunstanciales.

Estamos definiendo las estrategias como la luminosidad que nos va a permitir ver la multiplicidad de objetivos que se nos abre por delante.

Tenemos entonces estrategias que pasan por la justa ubicación de la dirección del tratamiento. En el camino hay momentos y lugares en los cuales va a ser necesario tomar la delantera y dirigir claramente, momentos en que hay que ponerse al lado para ver mejor en conjunto, otros en los que es conveniente quedar rezagado y sentarse a descansar mientras buscan salida de ese camino.
En un momento la estrategia adecuada será tomar la dirección y en otros dejársela en manos del paciente.
En un momento la estrategia adecuada será estar en total consonancia afectiva en otro será tomar distancia y ver la situación ¨ desde afuera ¨, con predominancia de la lógica.

Cuando falla la capacidad estratégica se nota por que estamos como a oscuras, no vemos bien por que camino andamos, no sabemos conducir hacia caminos claros o se nos pierde de vista el punto próximo de llegada.

Teniendo, como horizonte, objetivos y focalizaciones se puede trazar las estrategias adecuadas contando con capacidades personales tales como el sentido común, la intuición y capacidades de contacto humano inteligente, afectivo, equitativo y flexible.
Estas posibilitan conocer las condiciones en que nos movemos en ese momento especial y desde allí poder dirigir hábilmente en ese camino que se está atravesando en forma conjunta: la psicoterapia.

Es necesario poder ubicar con precisión los grados de autonomía y autogestión a que puede llegar ese paciente en ese momento según las distintas variables de edad, situación, capacidad y disposición.
Estos son, también, parámetros necesarios para poder discernir los momentos en que se va a tener mayor o menor distancia afectiva  y en los que se va a conducir con mayor o menor directividad.

Técnicas

Habiendo avizorado el horizonte con objetivos y focalizaciones, la luz emanada por la estrategias elegidas nos permite la claridad necesaria para poder ver los distintos caminos que se nos abren.

Estamos hablando de las técnicas que se van a elegir.

En este viaje cada camino es elegido por la preferencia de que uno u otro de sus componentes sea el más adecuado de acuerdo a la situación del momento.

Es en esta instancia que entra a jugar definidamente el conocimiento profesional de las funciones del psiquismo y de las diversas técnicas utilizables de acuerdo a su cosmovisión.

Lo que prima en la elección es la función sobre la que se quiere trabajar más específicamente. SIEMPRE implica no perder de vista el conjunto de las funciones, la totalidad del funcionamiento de la persona.

Supongamos que el camino que elegimos sea con predominancia de vegetación alta por que hace mucho calor, por que . . ., no vamos a dejar de ver que la luz sea adecuada como para que entre a través de la vegetación, que contemos con un suelo acorde a nuestro calzado, el ancho del camino, etc.
Se sopesa cada elemento, se relaciona con los demás.

La acción sobre una función psicológica indica tener en cuenta cada una de las demás funciones, perderlas de vista equivale a no llegar a destino.