La pareja y sus problemas

Para hablar de pareja el mantener la propia individualidad es tan importante como la presencia de un otro.
Ambos, diferenciados el uno del otro, son insustituibles.
Constituyentes esenciales: caminar juntos pasión, sexualidad, amor, admiración, desacuerdos, respeto, confianza, discusiones, entrega.

Artículo basado en las consultas vertidas en estos comentarios
 

Toda pareja pasa por numerosas crisis, en general las fisuras comienzan al no poder superar alguna de ellas. Es adecuado captar cuando comienzan los problemas y ver en conjunto si no hay alguna crisis que no están pudiendo atravesar bien. Para ello es útil leer:http://www.es-asi.com.ar/lascrisis .
Una de las más importantes crisis de pareja es el nacimiento del primer hijo, el pasar a ser tres desestabiliza bastante y si la pareja no tiene recursos para pasar a esa nueva etapa comienzan los síntomas.
Las dificultades de atravesar por una crisis actúan como disparador de problemas y a su vez son causas de síntomas, estos pueden ser sexuales, de la relación en cualquier otro aspecto o individuales de cualquier miembro de la familia.   Es una producción de psintegra

Cuando hablamos de celos insanos hablamos de los celos infundados, aquellos que no tienen ningún basamento realmente directo y son especulaciones sacadas de cualquier detalle ajeno a la posibilidad del engaño, son en realidad una peligrosa mezcla de problemas de desconfianza y necesidad de controlarlo todo; es tierra tóxica con que se sepultan las parejas. Tengan muy en cuanta que ellos son producto de ambos, aunque uno sea el que refleje esas características el otro también las está necesitando por sus problemas personales, por ejemplo inseguridad, posesividad, necesidad de ser el centro del mundo, etc. Entonces lo indicado a la hora de buscar soluciones, solos o con terapia, es ver que aspectos de ambos están en juego en esta disfunción de la pareja.

Las personas que suelen meterse en el medio de la pareja son numerosas: padres, hijos, amigos, ex parejas o amantes.... No hablamos de engaños sexuales, hablamos de engaños afectivos que son tan exterminadores como aquellos. Esta intromisión la permiten los dos. Hay que captar cuando ello sucede y tomar las medidas adecuadas para ver de que se trata y resolver los problemas de pareja y los individuales que permiten esa invasión.
Ambos, fortaleciendo la alianza de pareja y dejando a los demás afuera pueden ir creando esa zona íntima e impenetrable en donde nadie pueda lograr que la pareja se distancie o pelee por terceros. Es una producción de psintegra

Tanto los engaños sexuales como los afectivos son síntomas de distintas disfunciones, en tanto se ame al otro y se quiera defender la pareja con todos los recursos disponibles no es cuestión da andar rasgándose las vestiduras ante ellos. Los engaños hay que enfrentarlos entre ambos, ya sean propios o del otro, ya sean realizados y comprobados o bien con argumentos respetable mente reales. Se requiere un abordaje claro, directo y adulto para poder superar estos grandes escollos que suelen encontrarse en la pareja.

Es saludable que ambos tengan individualmente intereses personales potentes, relaciones sociales individuales y actividades que les gusten. El encierro, el aislamiento, que todo comience y acabe en la pareja es nocivo, es otra cantidad de tierra para sepultarla.

Otra disfunción insalubre es que uno de los dos esté en nivel inferior que el otro, por ejemplo en andar pidiendo perdón sin analizar si se ha errado, estar suplicando atención, dejarse humillar, creer que todos los problemas dependen de uno, etc. Lo más difícil en este estilo de pareja es que quien tiene “el mando” se de cuenta y quiera cambiar, hay que hacer todos los intentos posibles para que esto se logre. Ante la imposibilidad de una psicoterapia de pareja lo indicado es la psicoterapia individual con alguien que también se especialice en pareja. Es una producción de psintegra
La paridad en la pareja es imprescindible, no importa cuanto ganen, cuales son sus experiencias de pareja o sexuales anteriores, ¡obviamente! el género, el despliegue social de cada uno, las características de las familias de origen, las distintas capacidades. . . en definitiva ninguna comparación en las que el uno puede más o menos que el otro son justificaciones para que haya planos superiores e inferiores en la pareja, estos son ajenos a ella.

No se puede, no se debe permitir que la pareja ningunee, nadie tiene derecho a ignorar a su pareja por más enojado que esté y todos tenemos derecho que la pareja nos reconozca como persona y como persona importante por más que nos hayamos equivocado en algo. Todos tenemos la responsabilidad de no ignorar ni dejar que se nos ignore.

Cuando el área sexual es la afectada son múltiples los factores que intervienen, algunos son de índole estrictamente sexual y otros pueden ser algunos de los que estamos mencionando en esta nota. Un componente que siempre está fallando es la comunicación, el no poder hablar clara y francamente de la sexualidad y sus problemas los hace irresolubles, consecuentemente esos problemas crecen. Este espacio hay que crearlo para que juntos vallan resolviendo problemáticas naturales, buscando nuevos recursos y largándose a la espontaneidad y creatividad para tener una sexualidad cada vez más rica. No es cuestión de estrategias, las cosas que molestan o faltan se plantean abiertamente, se dialogan y se buscan soluciones en conjunto con la conciencia de que ambos tienen que cambiar algo, la confianza mutua para una sexualidad plena es indispensable.

El amor platónico, la compañía, el afecto y la comprensión son buenos ingredientes para la pareja, no obstante no la definen, se dan también en otros tipos de relaciones. Si se trata de pareja no pueden faltar sus constituyentes esenciales: pasión, sexualidad, amor, admiración, respeto, confianza y entrega. En tanto algo de esto esté ausente, aunque sea sólo en uno, se está inmerso en una quimera -lo que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo- y queda atrapado en ella. Son situaciones que suelen ser manejadas por el otro, por alguna necesidad particular, lo conveniente es reconocer que tipo de relación se quiere y en caso que sea realmente de pareja poder efectuar los movimientos necesarios para conseguirla o desechar esas posibilidades con esa persona.
Las quimeras sirven para soñar, imaginar o fantasear, el correr tras ellas en la realidad es insano. Es una producción de psintegra

Psicología Integradora
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