Rueda de hamster.

"No quiero ser homosexual. Si no quiero pues no lo seré, pero... ¿y si lo soy y estoy negando mi verdadera orientación sexual? ¿Porqué ahora me fijo en las personas de mi sexo ahora cuando antes no lo hacía? ¿Porqué ahora me parecen atractivas? ¿Será que yo mismo/a he causado que me gusten las personas de mi sexo o en realidad esto es una obsesión? !Ya no sé qué pensar, solo quiero volver a ser quien era antes de todo esto! Esta ya no es vida."

¿Cuántos de ustedes se sienten identificados con esos pensamientos? Creo que si estamos aquí es porque todos estamos viviendo en ese estira y encoje, atrapados en la dichosa ruedita del hamster. Lo ilustro con esa metáfora porque así es como me siento. Por ratos, siento un gran, gran alivio, me digo a mi mismo que todo estará bien, que simplemente deje fluir mi verdadero ser, mi instinto. Pero a veces me aterra pensar: ¿y si resulta que mi peor pesadilla se vuelve realidad?

Me siento culpable de llamar pesadilla a algo que para otras personas es completamente natural y liberador, pero ¿porqué entonces le tengo tanto miedo? A veces siento como si no fuera yo, como si estuviera viviendo en piloto automático. Desde el fondo de mi corazón no quiero ser homosexual. Si alguna persona gay leyera eso seguro se sintiera ofendida de lo que escribo (yo soy ateo y no entiendo cómo las personas obsesivo-compulsivas que son religiosas pueden tener un TOC cuyo contenido es el miedo a volverse ateos), pero la verdad es que ese es el deseo más profundo de mi corazón.

La primera vez que publiqué aquí un post fue relatando mi caso. Prácticamente desde que descubrí la sexualidad a los 11 años hasta fines de mi adolescencia tuve la obsesión de que el sexo era algo sucio y pecaminoso, que yo quería ser virgen por el resto de mi vida, que no me permitiría ni siquiera masturbarme (pues creía que al hacer eso perdería mi virginidad). Obviamente era imposible no tener deseos y no masturbarme. Había períodos en que lo hacía desenfrenadamente y períodos en los cuales me abstenía totalmente de tener siquiera un pensamiento lujurioso. Siempre con mujeres, jamás se me cruzó la idea de ser gay, me pareció algo exótico, alejado totalmente de mí y mis deseos. A finales de mi adolescencia llegué a la conclusión que todo ese esfuerzo gastado tratando de evitar lo inevitable había sido en vano. Terminé por aceptar mi sexualidad y diciéndome a mi mismo que la viviría plenamente.

Fue una época de cambios para mí. Quería romper con todos los lazos que me ataban a los prejuicios de la sociedad. Llegué incluso a considerar la posibilidad de explorar la bisexualidad. La idea era simplemente como un acto de rebeldía para mí. Me llegué a decir a mi mismo "Si soy bisexual pues bueno, lo seré entonces. Será el amor el que decida mi orientación sexual." A pesar de esa consideración, jamás llegué a masturbarme fantaseando con hombres, de hecho recuerdo haber pensado una vez "¿cómo es posible que te digas bisexual si jamás fantaseas con hombres?" "Simplemente no quiero" fue lo que me contesté a mí mismo esa vez y continué con mi vida.

El tiempo pasó y con él, lo que tenía que pasar: el amor terminó decidiendo mi orientación sexual: terminé enamorándome de una mujer. Fue la primer persona a la que amé en todas las dimensiones en las que un hombre puede amar a una mujer. Pero igualmente me vi forzado a desterrar ese amor cuatro años más tarde. Volví a enamorarme locamente, estúpidamente, de otra mujer. Y nuevamente me obligué a mí mismo a desterrar ese amor un año y medio después (porque el amor lo hacen dos personas, no una). Y volví a enamorarme de otra mujer, de la que estuve enamorado por tres años y a la que amé aún más que a la segunda y creo incluso que a la primera. Pero esta vez el amor acabó. Un día me di cuenta que ya no la amaba y puff! algunas semanas después me vi atrapado en esta rueda de hamster de la que ahora no puedo salir.

En alguna parte leí que la orientación sexual la determina el enamoramiento, es decir el sexo de la persona de la que te enamoras. Si esto es así, los últimos 10 años de mi vida deberían ser evidencia aplastante para erradicar de mi mente cualquier duda sobre mi verdadera inclinación sexual, pero ¿porqué entonces la duda nunca se detiene? ¿Recuerdan la parte de mi historia donde les cuento mi obsesión con la virginidad y la pureza? Si tras 8 largos años de lucha contra mí mismo me terminé rindiendo... ¿Acaso no volverá a pasar lo mismo? ¿Acaso no estoy luchando en vano contra la naturaleza que hay dentro de mí? Esto es lo que me digo a mí mismo cada día. Mi pasado es una sombra a mis espaldas con una guadaña sobre mi cabeza.

Y esta en resumidas cuentas mi historia. Cuando lo pienso, creo que desde que descubrí la sexualidad he tenido una relación enfermiza con ella, o negándola, o rindiéndome totalmente a ella. Y ahora esta duda, esta tortura, este ácido que día a día me corroe el alma y que por momentos no sé como detener. No soy el único, cada quién tendrá su historia, el pasado con el cual lidiar, pero si escribí esto es para desahogarme por un rato y poder leer lo que algunos de ustedes puedan decirme al respecto. Ninguno de nosotros mejorará por lo que otros le digan eso lo tengo muy claro (o todos aquí estaríamos curados XD), pero nunca viene mal un poco de empatía de alguien que te comprende porque vive lo mismo que tú. Creo que por eso estamos aquí.