Excitación sexual - Disfunción de la excitación sexual

Fase de la excitación sexual
Disfunción de la excitación sexual
Disfunción de la excitación sexual femenina
Disfunción de la excitación sexual masculina, también llamada Disfunción Eréctil o Impotencia

 Fase de excitación sexual

Vamos a referirnos a la sexualidad, cuyos componentes instintivos están altamente superados por la evolución humana, por ello es sexualidad y no sexo. Hemos dejado de estar al mando de imperiosas necesidades sexuales inmanejables, hemos superado ampliamente las demandas instintivas del celo y la procreación como móviles sexuales; cuando estos componentes están presentes -necesidad física y querer hijos- están supeditados a los Componentes Básicos de la Sexualidad, pues estos los superan y los contienen.
La sexualidad es nuestra orientación afectivo-erótica, su formación comienza desde el nacimiento, determinada socialmente (como todo lo psi.) involucra afectividad, inteligencia, conducta y motivaciones.

En este marco integrador vamos a hablar de la fase de la excitación tomándola con todos los recursos que tenemos para poder realizarla plenamente, es decir descartamos cuando se da como un trámite, con alguien que no gusta, cuando no se tienen ganas, etc.
Por nuestra naturaleza afectivo-erótica en la relación sexual la excitación es la fase más prolongada, este gráfico de la respuesta sexual humana sirve para dar idea de ello, la excitación va de 0 a O.
Si bien en el gráfico el ascenso de la excitación hasta llegar al orgasmo es siempre ascendente, en las relaciones concretas y reales la misma baja y/o desaparece en todos, posteriormente es retomada con toda su intensidad siguiendo la línea de ascensión.

Aprovechar el inmenso placer de un juego libre, pleno y creativo durante la excitación sexual es sabiduría afectivo-erótica.

 En la fase de excitación el juego erótico de un goce mutuo excepcional, a las sensaciones, las emociones y el placer tienen tal voltaje que se hace necesario el aumento de su calidad y cantidad.

Y como en lo erótico los recursos son interminables, si contamos con flexibilidad y creatividad, nunca acaba lo nuevo, lo divertido, lo mejor. . .

Al margen que se haya dado o no todo lo esperado, lo saludable es, que cada encuentro sexual sea sumamente placentero, no importa hasta donde se haya llegado. Es un gran e injusto desperdicio que una posibilidad magnífica, especial y altamente disfrutante termine con malestar, por no conseguir todo lo esperado.
Hay que tener muy en cuenta que el desenlace final de una buena relación sexual es un encuentro conjunto en la fase de resolución, donde están presentes, por ejemplo, un encuentro especial, relajación, satisfacción y plenitud. Bienestar conseguido mediante las vivencias creadas y recreadas por ambos en la fase de la excitación sexual, también como producto de no tener como objetivos imprescindibles la penetración y/o el orgasmo. Lo único esperable en la relación sexual es que no haya daño físico o psicológico y que haya respeto por los límites recibidos.

El juego erótico define el grado de excitación y la calidad del orgasmo, sus ingredientes necesarios son, entre otros: tranquilidad, distensión, espontaneidad, disfrute, goce, creatividad, recreación, invención, diversión.

Cuando una pareja se estabiliza, o bien se extiende en el tiempo, el juego sexual naturalmente se enriquece. Esto da por tierra los mitos acerca del deterioro de la sexualidad según los años de pareja. Estamos hablando de encuentros intensos y enriquecidos en forma permanente a lo largo del tiempo, en donde la variación, los juegos, la creatividad, el divertimento, los intercambios de los roles activo-pasivo, la intimidad, el mayor conocimiento del otro, etc., logran que cada relación sexual sea altamente disfrutante para ambos al margen de llegar o no al coito, entendiendo por coito a la penetración.

La baja o interrupción de la excitación son reacciones circunstanciales, normales, que se dan eventualmente por situaciones de nerviosismo, ansiedades, miedos, tensiones, enojos, distracciones, algo que ha molestado, etc. Situaciones que son esperables en todas las personas, suelen ocurrir, por ejemplo, en las primeras relaciones sexuales propias o con alguna/s persona/s, al comienzo de la relación, en el momento de la penetración, al poner el condón, por determinados cambios de posiciones, por intranquilidades ambientales, por que se cruzó una preocupaciones. . .
Si bien es el hombre el que problematiza más esta situación, es más habitual en la mujer. La educación fortalece más a la mujer la atención en todo, el estar pendiente del entorno, tiene mucho que ver con un estado de alerta maternal, que va adquiriendo desde pequeña y se refuerza especialmente al ser madre. Por otra parte el rol pasivo que se le asigna desfavorece que haga algo para cambiar lo que no le gusta en la relación, por ende todo lo que le causa molestia o displacer persiste y tiende a bajar el erotismo inmediatamente. Como ella sabe que se va a conectar nuevamente y volver a subir la excitación y además no tiene el órgano “buchón” pasa inadvertido.

Estas son situaciones habituales, normales y esperables, en donde volver a remontar la excitación se toman con naturalidad y hasta con humor.
Van hacia la disfunción si se las connota negativamente y no se admiten como normales. Si por alguna causa se repiten también van a hacer disfunción en tanto no se hagan los cambios necesarios para resolver lo que puede estar causándolas.

 

Disfunción de la excitación sexual

Tomamos esta denominación para dar cuenta a un problema que aqueja a ambos sexos.
Hasta ahora los problemas de la fase de la excitación tienen descripción y tratamiento casi exclusivamente en el hombre. Cuando se trata de disfunciones de la excitación para el hombre tiene dos nombres específicos: Disfunción Eréctil o Impotencia, parecería que este mismo problema en la mujer no tiene relevancia, ni siquiera nombre. Ideología del patriarcado o machismo, del que aún adolecemos en demasía, dan como resultado que la carga y responsabilidad esté adjudicada solamente al hombre.

Si bien en este fenómeno tiene su incidencia que en el hombre ese “bajón” de la excitación no puede pasar desapercibido la determinación fundamental de esta parcialización es seguir adjudicando al hombre el protagonismo a la hora de sostener la relación sexual.

Para ver las causas ir a las causas de las disfunciones sexuales en general: http://www.es-asi.com.ar/node/153
Es una producción de psintegra
La disfunción de la excitación sexual puede ser completa o parcial (ausente o insuficiente) y con las siguientes variantes.

  • Nunca hubo excitación, por lo menos ante una situación sexual.
  • Pasa desde un momento determinado de la historia.
  • Desde el comienzo de cualquier relación sexual.
  • Sobreviene durante la relación sexual.
  • Puede darse en situaciones determinadas, dependiendo de con quien se esté o en determinadas circunstancias. Se le adjudica carácter de disfunción siempre que la carencia o insuficiencia de la excitación sea significativa para la salud sexual.
  • En forma transitoria, en tanto la transitoriedad exceda determinado tiempo, sea muy frecuente o nunca obedezca a situaciones desviantes reconocidas como tales.

Descartar causas de índole física es una las primeras medida a tratar en la consulta. Si no se detectan alteraciones orgánicas no es adecuado tomar ninguna medicación. En estos casos cuando se trata de un problema psicológico y relacional cualquier medicación además de producir los efectos secundarios acostumbran a usar aditivos o bastones y depender de algo externo para resolver problemáticas que se pueden resolver con los recursos propios y de la pareja.
Lo adecuado entonces es el tratamientos psicoterapéutico con profesionales que también se especialicen en sexualidad y pareja. Los métodos más adecuados son los integradores como los que manejamos en Psicología Integradora.

Como toda expresión humana este problema es producto de un personal encadenamiento, de toda la vida, de múltiples factores. Por ello la terapia adecuada excede el marco sexológico.
Inciden rasgos de la personalidad como:

  • Elevadas autoexigencias. Estas llevan a sancionarse duramente las dificultades. Las próximas relaciones comienzan anticipando el fracaso y fijando así el camino que va a venir.
  • Agradar siempre, moverse en función a lo que el otro desea o puede desear.
  • Estar pendiente de hacer todo lo que el otro quiere para complacerlos.
  • El hacerse cargo del placer del otro. El centrarse en ello como mayor objetivo suele no ser tanto por el otro como por deslumbrarlo, esto hace descentrarse de uno mismo, de las sensaciones y vivencias conjuntas en detrimento de la excitación.
  • Evaluación. Tener todo bajo control. Que nada se escape de la mira.

En la sexualidad hay estados de ánimo que en vez de favorecer devalúan todo:

  • Centrarse en pensamientos ajenos a lo erótico. Obstruye la excitación, la conexión sensoafectiva queda en segundo plano y dejan de fluir las sensaciones y las actividades eróticas.
  • Miedos y angustias. Son realidades opuestas la sexualidad

Otros factores a tener en cuenta son crisis circunstanciales o vitales, inestabilidad laboral o económica, sobrecarga de actividades, dificultades con el estudio, fracasos. . . que van generando ansiedades y otros sentimientos que derivan en esta respuesta sexual. En estos casos la psicoterapia se tiene que centrar fundamentalmente en la resolución de una crisis que está produciendo síntomas, atendiendo también la reversión del síntoma que en este caso está ubicado en esta deficiencia sexual.
Es una producción de psintegra
Tienen también incidencia las creencias falsas, mitos, dogmas y tabúes que abundan en sexualidad. Estos merecen ser aclarados y revertidos.

Todo lo que corresponde a una pareja, más que nada lo sexual, es cuestión de a dos, ambos ponen su parte tanto para lo bueno y gratificante como para lo malo y sufriente. Es fundamental que se tome este problema como un problema de pareja, en caso que no haya pareja lo mismo el problema es de a dos si de a dos se trata la relación sexual, aunque el otro sea pasajero siempre incide, es más siempre se elije un otro determinado.

En cualquiera de todos los casos planteados hay que tener en cuenta la necesidad de realizar tratamiento. En caso que no pueda ser de a dos por que la otra persona no quiere, o no pueda ir se realiza terapia individual.
Es indicada la psicoterapia con focalización en sexualidad y pareja, aunque la pareja no esté presente. Aún cuando el problema sea de índole orgánica la consulta psicológica es muy importante para poder atender los problemas psicológicos, sexuales y de pareja que rodean este disturbio.

En tanto la sexualidad siga siendo un desafío a ganar o perder
más que una relación sexual es
la Crónica de un enfriamiento enunciado.


Dentro de estas consideraciones generales vamos a detenernos en particularidades en ambos géneros.

Disfunción de la excitación sexual femenina

La excitación sexual femenina se expresa por: cosquilleo en los labios genitales, enrojecimiento de la cara y partes internas de los muslos, aceleramiento de la respiración y el ritmo cardíaco, brillantez en los ojos, enrojecimiento e hinchazón de pechos (especialmente pezón) y vulva, secreción de flujo que lubrica la vagina, hiper sensibilidad en la piel en especial de las zonas erógenas. Según las particularidades personales y el momento que esté pasando la mujer se presentan todas, varias o algunas de estas reacciones fisiológicas acompañadas por las emociones pertinentes a cada persona y situación.

Consideramos disfuncional a la ausencia o el bajo nivel de la fase excitatoria en forma estable o significativamente reiterada.

Hay distintas variantes:

  • Entre el deseo sexual y el orgasmo están ausentes las reacciones fisiológicas y emocionales propias de “la calentura”. Hay mujeres que orgasman inmediatamente (o casi) después del primer estímulo.
  • Se da paso al juego erótico, a pesar de que sea en un tiempo prolongado y con distintas variantes la excitación aparece de forma tan débil que no les permite llegar al clímax.
  • Ausencia total de la excitación sexual con cualquier cantidad y calidad de juegos.
  • La excitación muy débil y el orgasmo se produce por vías exclusivamente genital, de manera más bien mecánica y sin poner en juego todo el cuerpo.

Al estar alterada la excitación se dificulta llegar al orgasmo. En un porcentaje elevado de consultas por anorgasmia se puede detectar que el problema sucede por esta disfunción.

Mínimos porcentajes son debidos a causas orgánicas causadas, por ejemplo, por medicaciones, trastornos endocrinológicos y otras.

Fingir, callar, reprimir actividades del juego, permitir lo que no gusta, los temores acerca del orgasmo (que si se va a dar o no, que si va a terminar él antes, que si te vas a desenfrenar y te escuchan, que cómo le va a parecer a él. . .) disminuyen y/o hacen desaparecer la excitación sexual.
La obsesión por lo “estético” en la mujer es equiparable a la obsesión por la “potencia” en el hombre. Aún cuando el hombre en cuestión le confirme que le gusta tal cual es ella una buena proporción de mujeres complican el juego erótico por la apariencia física. Que si los kilos y los royitos y las estrías o que no se depiló. . . o por no parecer “desagradable” en momentos culmines de excitación u orgasmo, estas preocupaciones suelen ser enemigas permanentes del sostenimiento de la excitación.

Muchas veces la falta de excitación se debe a que con ese hombre no puede llegar a vibrar (falta de piel o química), puede ser que ella priorice más otras cualidades de la pareja o que no se da cuenta de este déficit erótico, muchas veces la mujer adjudica este déficit a disfunciones propias.

Otra variante es poner muchas expectativas por el "rendimiento" de él, cuando comienza el ojo controlador de cómo él “se porta” disminuye la espontaneidad, el disfrute y la excitación baja.

Estas dificultades suelen sortearse con múltiples juegos que hagan llegar al orgasmo, en general son juegos más bien mecánicos y muy genitalizados, cuando se logra ese equilibrio suele dar mucho “trabajo” sostener y elevar la excitación hasta los más altos niveles.

Alternativas de resoluciones más profundas son: el poder decir en forma natural, con palabras o cambiando el juego, lo que no gusta y los cambios para poder combinar en conjunto acciones que lleven a la excitación espontánea. Para ello es fundamental que la mujer conozca su erotismo.
Es un problema de pareja. Repetimos, todo lo que corresponde a una pareja, más que nada lo sexual, es cuestión de los dos, ambos ponen su parte tanto para lo bueno y gratificante como para lo malo y sufriente. Lo adecuado es, que puedan dialogar en forma reflexiva fuera de las situaciones sexuales y que dentro de ellas puedan transmitirse todo en forma sensible y sensual.

Disfunción de la excitación sexual masculina,
también llamada Disfunción Eréctil o Impotencia

Disfunción de la excitación sexual masculina o disfunción eréctil, el término impotencia ya ha quedado en desuso por la connotación del termino.

La erección producida por estímulo sexual es un mecanismo complejo, las sensaciones activan al sistema nervioso, llegan al cerebro las informaciones, allí se procesa para que se produzca el ingreso de la cantidad necesaria de sangre al pene produciendo la erección.
Cuando ese músculo se relaja (ante un estímulo sexual o no) las arterias del pene se dilatan y ocurre la erección.
El estado de flaccidez se debe a que el músculo del pene -cuerpo cavernoso- está contraído, siendo que la sustancia que contrae el músculo es la adrenalina se explica que personas con una carga importante de tensión, hagan que la adrenalina dificulte o impida la erección.

La disfunción eréctil es la incapacidad de lograr o de mantener una erección lo suficientemente rígida para que se produzca la penetración por más de X cantidad de relaciones sexuales consecutivas, X está determinada por variantes específicas de cada persona y pareja.

Hay distintas variantes, pueden aparecer erecciones firmes que desaparecen rápidamente cuando se intenta llevar a cabo la penetración, o cuando se practica el acto sexual en alguna posición determinada, o al poner el condón.

El hacerse drama por una vez que el pene se baja provoca que ambos estén más atentos de si eso vuelve a suceder cuya consecuencia, justamente, es que eso suceda una y otra vez.
Es necesario dejar de estar pendiente del pene y poder disfrutar de cada momento de la relación; el juego erótico es múltiple y hay que encontrar la forma de enriquecerlo, en caso que suceda una deserección el seguir jugando y buscando ambos el placer propio y del otro en un clima de tranquilidad y naturalidad es la opción para que ese encuentro sea extraordinario. Si por x motivo no se retoma la excitación necesaria para una penetración no pasa ni más ni menos que no se llegó al coito, otro día será. Seguir la relación hasta el orgasmo de ella es una muy buena alternativa. De cualquier forma poder acabar la relación sexual plenamente satisfechos al margen de hasta donde se ha llegado es la mejor opción.

El pene no tiene identidad propia, no piensa solo ni obedece órdenes, no tiene autonomía por más que se le ponga un nombre, tampoco es un amigo que se porta mal, es un órgano más del cuerpo y no se maneja a voluntad. La erección puede producirse como reacción biológica, sin que nada erótico esté influyendo (como ser las erecciones nocturnas o matinales), por un estímulo erótico o por medios mecánicos (p. ej. la mano).

No estar centrado en cómo "funciona" el pene, p. ej. que el momento de poner el profiláctico sea un juego más entre los dos.

El pelearse con uno mismo por no poder mantener toda la hombría al palo, sentirse derrotado e ir por la revancha son manjares para esta disfunción.

Cuando el pensamiento sube y sube el sexo baja y baja, en especial si los pensamientos son generados por apetencias de exitismo.

 

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