Entonces ¡basta!

Dejar de fumar a cambio de . . . . . .  estar mejor. El contemplar dejar de fumar significa querer estar mejor. Cuando queremos estar mejor significa que se abrió un proceso en donde están presentes algunas de estas características

  • Aumento de la estima que sentimos por nosotros mismos
  • Aparición de nuevos propósitos
  • Posibilidad de vernos de un modo diferente
  • Mayor confianza en si mismo, sentirse capaz
  • Gusto por el cuidado propio
  • Desarrollo de potencialidades
  • Búsqueda de esquemas alternativos

Justamente es en los recursos propios en lo que mejor podemos apoyarnos para lograr los cambios que queremos. Pero sucede que a veces nos cuesta. Nos cuesta reconocer estos recursos. Nos cuesta utilizarlos. Nuestra concepción a cerca de la salud y la experiencia  en estos procesos es lo que nos lleva a afirmar que los tratamientos para dejar de fumar no deberían agregar mas penar, sufrimiento, miedo, sacrificio o culpa a esta situación que ya es dificultosa en si misma. Por  todo esto los tratamientos deberían trabajar sobre los recursos de la persona y no centrarse en la dificultad de poder o no poder. No siempre es necesario un convencimiento previo. Que convivan sentimientos de contradicción, ambigüedad o falta de decisión no son impedimentos para comenzar un tratamiento para dejar de fumar. En estos tratamientos es imprescindible considerar a cada persona en toda su particularidad y se la atiende en el punto que este en su intención de dejar de fumar. A si mismo es bueno aclarar que puede resultar difícil lo cual no tiene que significar que sea sufriente. Recalcamos la importancia de la psicoterapia grupal breve, focalizada en dejar de fumar, por ser el grupo una herramienta privilegiada de pares en las problemáticas de adicción entre otras, no excluyendo la efectividad de tratamientos individuales  acotados cuando el caso así lo requiera Cuando agarramos un pucho hay una elección conciente de fumar pero no de  intoxicarse (aunque este proceso se desencadene inevitablemente).  En cambio, el dejar de fumar sí se trata de una elección conciente de no intoxicarse.