El estudio

La juventud y el estudio

Marta Chiarelli, Revista mensual "30 DÍAS Y USTED", agosto - 1995
En la segunda mitad del año.

¿ Que se hace ?.

¿ Quiénes, cómo y con qué objetivos ?.

Comenzando por quiénes.

La historia va hacia un quehacer conjunto en todos los planos. En este tema jóvenes, padres, docentes, profesionales. Esta es la necesidad, otra es la realidad.

Padres que educamos en una mayor democracia a nuestros hijos, dándoles el derecho (que no tuvimos nosotros) de determinar sobre cuestiones propias.

Por lo tanto hijos que piensan, razonan, discriminan por sí mismos. Nos encontramos con el adolescente y sabemos que aún tenemos responsabilidad hasta que adquieran su total autonomía (claro que esto es lo esperable, no son pocos los padres que pretenden que el hijo quede siempre en dependencia con ellos). Y hete aquí que no sabemos (por nuestra formación personal) cómo ir entablando con el hijo una relación cada vez más igualitaria.

Pasamos desesperados a tomar las conocidas armas del control y mando cuando pensamos en no dejarlos solos, a la súplica y estudiocondescendencia cuando pensamos en darles libertad. Y culpamos a los docentes.

¿Qué pensará justamente el protagonista, el joven?, tal vez algo como: "son unos salames, me tengo que cortar solo".

Docentes: más claramente se diferencian entre sí por su ideología: he visto excelentes docentes en una actitud de guía y pasión por la educación global del alumno. Lo que más veo son aquellos que se mantienen en una posición anacrónica, decadente, y aún retrocediendo en la historia de la verticalidad, el autoritarismo y la arbitrariedad. Y con el doble mensaje de libertad de los alumnos los hacen responsables a ellos y/o padres que no estudien.
Profesionales: casi invariablemente nos ponemos en el saber absoluto y comandamos lo que "se debe hacer", sin siquiera saber si esto es lo justo y/o posible para este joven.

Ante estas dificultades de los adultos se nuclean en sus grupos de pertenencia (naturales de la edad) sin saber para dónde rumbear, se masifican e identifican en posiciones que están muy por debajo de sus posibilidades, son las que se les ofrecen mediante los medios de comunicación, sectas, lugares de dispersión etc.. Se despersonalizan y dejan sus objetivos y necesidades fundamentales.
Objetivos y necesidades de la condición de ser adolescente y necesaria para pasar a la autonomía.

Yo planteo que estos son básicamente: la coparticipación con los adultos sobre su formación. Una relación en donde se aprenda a reflexionar y analizar conjuntamente. En donde esté permitido el disenso y las desigualdades. Es inherente a la juventud el pensar, razonar, descubrir, curiosear. No son tarados, quieren ser personas diferenciadas, conocedoras, cultas, libres. En tanto esto no lo encuentren en los colegios no les sirven ni las notas ni los títulos. Y ellos lo saben.

Empezando por casa, que aparezca el diálogo (en serio), por más que cueste, solos o con ayuda. Ver entre ambas generaciones cómo salir hacia este nuevo tipo de relación. Formación de redes sociales con otras familias, con docentes y profesionales, participación, compromiso y trabajo conjunto. Estar atentos a elevar el nivel cultural en general que no es el frío conocimiento catedrático, no quedarse con los brazos cruzados ante los autoritarismos, no permitir que exijan de nuestros jóvenes corderos.